Prueba de malvavisco: psicología básica para la gestión del cambio


Al final de la década de 1960 y principios de la década de 1970, en Stanford, bajo la dirección del psicólogo Walter Mischel, se realizaron una serie de experimentos que posteriormente se llamaron «Prueba del malvavisco».

En estos estudios, se les ofreció a los niños una opción: una recompensa inmediata o dos recompensas si podían esperar 15 minutos. La recompensa elegida solía ser dulces (en su mayoría, malvaviscos). Los niños se dejaban solos en una habitación con cámaras ocultas.

¿Qué debería elegir: una malvavisco ahora o dos después? 🙂 Veamos cómo se las arreglaron los niños con esta prueba:

«Pedir a un niño de cuatro años que espere durante 15 minutos algo que desea intensamente es como decirte: ‘Tu pedido ha sido aceptado, el café estará listo en 2 horas'»

Joaquim de Posada, uno de los participantes en el experimento

¿Qué sucedía cuando el profesor salía de la habitación? Tan pronto como la puerta se cerraba… Dos de cada tres niños se comían su dulce. Cinco segundos, diez segundos, cuarenta segundos, cincuenta segundos, dos minutos, cuatro minutos, ocho minutos. ¡Algunos aguantaban 14 minutos y medio! Pero era imposible resistirse. No había fuerzas para esperar. Aunque en realidad, la mayoría de los niños elegían la opción de esperar.

Según lo demostraron estos mismos psicólogos, la habilidad para postergar el placer es uno de los factores clave para el éxito. De esta manera, rastrearon el destino de todos los participantes y realizaron pruebas de control en intervalos de tiempo determinados. Descubrieron que aquellos niños que en su momento renunciaron al placer inmediato en aras de un placer mayor en el futuro, se convirtieron en miembros más exitosos de la sociedad. Gran parte de los adultos, al igual que esos niños que comieron los malvaviscos, buscan la satisfacción inmediata, creyendo que los resultados deben obtenerse «aquí y ahora, o nunca». ¿Cuántas personas, al igual que nosotros, han comprado un pase anual o mensual para el gimnasio y solo han asistido a algunas clases? ¿Y qué tal el famoso «comienzo el lunes»? 🙂


Pero volvamos a nuestros proyectos de implementación de cambios. ¿Qué nos brinda este conocimiento sobre la prueba de nube de azúcar?

Dos tercios de tus colegas en los cambios buscarán una satisfacción inmediata, lo cual a menudo es extremadamente difícil de lograr. Si no obtienen resultados rápidos e inmediatos, tus colegas mostrarán resistencia y desvalorizarán el proceso.

¿Cómo suprimir esta resistencia y evitar la devaluación?

Nuestra respuesta: victorias rápidas (la idea fue traída del oeste, por eso en el original es «quick wins»).

Agrega pequeños pasos visibles al proceso de cambios a largo plazo que produzcan resultados notables. Esto puede implicar organizar los lugares de trabajo de manera ordenada (mediante la metodología 5S) o eliminar operaciones innecesarias que todos notarán.

Recuerda, la mayoría de nosotros ansiamos la satisfacción instantánea, así que ¿por qué no aprovechar este hecho en nuestro beneficio?

Material preparado por Yana Demenko, In2Effect

 

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